Me gustan las maderas que quedaron secas en los montes para poderles dar nuevas formas y una nueva vida.
No me gusta apenas emplear maderas tropicales, y mira que las hay buenísimas, pues, aunque sean certificadas (que no siempre) son muchos los km. que tienen que recorrer hasta llegar aquí.
el castaño
el roble
el pino
el cerezo
el haya
el abedul
el negrillo
el arce
el fresno
el chopo
la encina
el olivo
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